En una instalación fotovoltaica, hay muchos equipos y elementos imprescindibles para su correcto funcionamiento. Entre ellos, existen distintos tipos de estructuras, que son de gran importancia, y no sólo tienen la función de soportar los módulos.
Las instalaciones fotovoltaicas se componen de muchos elementos: módulos, baterías, variadores, etc. Entre estos elementos, nos encontramos con las estructuras, de las que existen diferentes tipos. Gracias a ellas, no sólo se soportan los paneles que recibirán la energía solar, sino que dotarán a los paneles de la inclinación y orientación necesaria.
Hay diferentes tipos de estructuras según el tipo de superficie (plana o inclinada), o según tipo de condiciones del lugar elegido (terreno y condiciones climáticas). Te explicamos cuáles son los diferentes tipos:
Para cubiertas inclinadas
Suelen ser las más baratas, y tienen muchas ventajas. En primer lugar, son estructuras cuyo montaje resulta rápido, y se adaptan a la superficie que se haya elegido. Además, se puede fabricar a medida según el tamaño del panel, la orientación necesaria, etc.
En general, los mejores espacios para instalar módulos solares fotovoltaicos son tejados con una inclinación óptima que estén orientados al sur. En estos casos, se usan estructuras coplanares, cuya fijación es muy sencilla.
Para superficies planas
Para este tipo de superficies se usan las llamadas estructuras regulables. Estas permiten colocar los módulos según el grado de inclinación que se requiera. Esta inclinación se puede dar gracias a unos ángulos regulables. Así, la estructura se adaptará al grado de inclinación más adecuado, por lo que se puede usar tanto para cubiertas planas como para suelo.
Para instalaciones en suelo
Para proyectos en campo abierto, bombeos solares, huertas solares o algunas instalaciones de consumo, estas estructuras son las adecuadas. Se adaptan al tamaño del módulo y permiten llegar a la inclinación correcta para aprovechar la luz del sol. Además, se adaptan a cualquier terreno a través de fijaciones al terreno o usando bases de hormigón.
Las estructuras, en conclusión, son las que permiten que una instalación se pueda adaptar a cualquier lugar. Los distintos tipos de estructuras permiten que el cliente pueda disponer de la instalación que necesita.
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